Escribe: Fernando Jiménez
Carlos Lam se quiebra. No puede resistir la emoción, la alegría indescriptible. Derrama lágrimas de hombre. Ha sido parte del trio que lo tuvo a él junto a Oliver Del Castillo y John Trebejo. Emocionan sus lágrimas. Han conseguido el oro en Karate Kata Masculino. Una exposición perfecta. Nunca olvidará estos Panamericanos. El país lo mira emocionado también por la televisión. Canta el himno nacional, se le hace un nudo en la garganta y llora. Sus compañeros se muestran más serenos, pero él es más sentimental. Una medalla de oro adorna su pecho. Le ha dado la novena de oro al país. No es para menos.
Alonso Wong nos da la de plata. El judoca cayó apenas ante del cubano Magdiel Estrada, quien recién pudo vencerlo en el “tiempo de oro”. Buen trabajo del joven de 26 años. Ya le había ganado al canadiense Bradley Langlois y al mexicano Eduardo Araujo para pasar a la final ante el cubano. Casi logra la hazaña de llevarse la de oro ante el cubano que ya había ganado la presea dorada en Toronto 2015 y es el actual Campeón Panamericano en Judo. No obstante, la labor de Wong fue encomiable porque luchó hasta el final. Igual la de plata la recibió con mucha emoción.
Fue un viernes espectacular. Mariano Wong nos dio bronce en Kata Individual Masculino al igual que Ingrid Arana en Femenino. La charapita no enterneció con su alegría. Se fue a abrazar aparentemente con su mamá a la tribuna. Y lució emocionada en el podio con su sonrisa de niña. Su presentación fue impecable. El karate estuvo de fiesta porque Sonia Salcedo, Andrea Almanza y Sol Romaní también nos dieron bronce. El Frontón con Mía Rodríguez y Nathaly Paredes ganaron en dobles femenino a las argentinas en la modalidad de frontenis en pelota vasca y alcanzaron a presea. Finalmente, María Belén Bazo quedó tercera en Vela con 24 puntos, por debajo de la brasileña Patricia Freitas y de la argentina Celia Tejerina.
Mañana será la Clausura de estos Juegos que serán inolvidables. La ceremonia empezará a las 6 y 30 de la tarde y el artista estelar será Gianmarco Zignago. Se pondrá fin a los Panamericanos que nos mantuvo cautivos 17 días. En la que unió a toda América. “Como todas las cosas buenas llegan a su final. Y estoy seguro que se deslumbrarán como en la inauguración”, dijo Carlos Neuhaus, el hombre de estos Panamericanos. Ojalá tuviéramos esa clase de dirigentes en el fútbol. Y ojalá su buena obra no se vea opacada cuando se rindan las cuentas finales y haya transparencia. Neuhaus le ha demostrado al país que cuando se quiere se puede. La verdad, ha cumplido una tarea encomiable y debe sentirse feliz con el reconocimiento del país, que le agradece la gestión.
El legado de esta empresa se verá en el futuro de nuestros deportistas. Y que el gobierno central recapacite y aumente el presupuesto para el deporte y ya vaya pensando en crear un Ministerio del Deporte
