El cuadro de Flick empató con tantos de Raphinha y Lewandowski.
Barcelona dejó escapar una victoria en Balaídos al empatar 2-2 un partido que dominaba cómodamente 0-2 hasta el minuto 84. Los goles de Raphinha y Lewandowski parecían sentenciar el encuentro, pero la expulsión de Casadó cambió el rumbo del partido. Un error de Koundé permitió que Alfon anotara para el Celta, y solo dos minutos después, Hugo Álvarez empató con un gran remate, desatando la euforia en el estadio.
El Celta nunca se rindió, manteniendo la presión incluso en los momentos más complicados. Antes del descanso, se dieron dos jugadas polémicas que favorecieron al Barça: un posible penalti de Gerard Martín sobre Aspas y una entrada del mismo defensor que pudo significar la segunda amarilla. Estas decisiones encendieron a la afición local, que sintió que el árbitro benefició al equipo visitante.
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Los culés llegaron a Balaídos tras una derrota en Anoeta, y la ausencia de Lamine Yamal volvió a ser un tema de discusión. El planteamiento del Celta, centrado en explotar la defensa adelantada del conjunto de Flick, funcionó en varias ocasiones, pero la efectividad azulgrana fue clave en la primera mitad. Pese a sus esfuerzos, los vigueses se fueron al descanso sin recompensas claras en el marcador.
En la segunda parte, el control parecía azulgrana hasta la expulsión de Casadó. El Celta, revitalizado por ese cambio, encontró su oportunidad en los errores del Barcelona, empatando un partido que parecía perdido. Con este resultado, el Barça suma un nuevo traspié fuera de casa, mientras la polémica sobre la gestión de Flick y la ausencia de Yamal sigue ganando fuerza.
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