Las elecciones municipales de 2026 se desarrollarán en un escenario marcado por una fragmentación inédita del sistema político. Con más de cincuenta partidos habilitados, la dispersión del voto será profunda y favorecerá, inevitablemente, a los candidatos con mayor posicionamiento previo.
En un contexto donde el electorado enfrenta múltiples alternativas sin diferenciación clara, los postulantes con reconocimiento territorial, trabajo previo o arrastre de gestiones pasadas se convierten en los principales beneficiados. La atomización impide que nuevas figuras logren escala rápidamente y abre paso a triunfos con porcentajes relativamente bajos.
Un segundo factor crítico será la débil capacidad técnica y legal de muchos grupos para conformar listas válidas. La falta de experiencia para cumplir los requisitos de afiliación, cuotas de representación, procesos internos y plazos formales generará un alto número de tachas, improcedencias y exclusiones. Esto no solo reducirá la oferta real en varios distritos, sino que también permitirá que candidaturas sólidas avancen casi por WO legal, modificando sustancialmente la competencia.
Finalmente, la carencia de estrategias de campaña basadas en datos seguirá siendo una deuda pendiente. La mayoría de candidatos no conoce la composición del electorado ni los segmentos que determinan un resultado. En particular, el grupo de ciudadanos que “vota por el ganador” —un nicho decisivo en disputas fragmentadas— no está siendo identificado ni trabajado.
Entender ese comportamiento, diseñar mensajes precisos y construir percepción de victoria serán claves para convertir favoritismos iniciales en triunfos electorales.
Las municipales 2026 no se ganarán solo por propuestas, sino por estrategia, legalidad y lectura fina del electorado. Candidatos consolidados lideran intención de voto en distritos claves de Lima y Callao SEGÚN IDICE DEL PERU SAC, SONDEOS DE CANDIDATOS
MUNICIPALES EN DISTRITOS DE LIMA Y CALLAO
La intención de voto distrital en Lima y Callao a diciembre de 2025 muestra escenarios altamente fragmentados, pero con liderazgos nítidos en varios municipios.
En Comas, Miguel Saldaña consolida una ventaja amplia (21%), capitalizando reconocimiento previo y ausencia de rivales competitivos. En La Victoria, Alberto Moreno lidera con 44%, reflejando una base sólida pese a la dispersión del resto. La Molina mantiene un patrón similar: Juan Carlos Zurek encabeza con 30% en un distrito históricamente estable en preferencias. En contraste, Pueblo Libre presenta mayor dispersión, donde Fidel García (24%) supera a competidores sin que exista aún un favorito dominante. El Rímac muestra un escenario dual: Jonathan Seña lidera con 23% pero con un 41% que no votaría por ninguno, señal de descontento ciudadano.
Finalmente, en Carmen de la Legua, Alan Morales (18%) aparece como opción preferida en un electorado menos fragmentado. En conjunto, la tendencia evidencia ventajas personales más que partidarias, con alta proporción de indecisos que aún podría redefinir varios resultados.
