Crónica de un adiós esperado

Pablo Bengoechea,
Pablo Bengoechea,

La salida de Pablo Bengoechea generó un sisma en la directiva íntima. Al final terminó imponiéndose la decisión de la minoría en el Comité Consultivo aliancista

En Matute un terremoto remeció los cimientos de la planificada, hasta ese entonces, temporada 2019. La cabeza de esa versión de Alianza Lima, solo para algunos en la directiva, Pablo Bengoechea, con un acuerdo verbal dijo “hasta aquí nomas”. Criticar el estilo de juego, fue algo incómodo para el entrenador uruguayo que prefirió dar un paso al costado antes de negociar su filosofía de juego. “Entonces no”, fue la contundente respuesta del ‘Profesor’, a quien la administración culpó de la poca asistencia que tuvo el equipo durante la presente temporada.

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El estilo no es que todos esperan de Alianza, creemos que eso debe cambiar”, fue un argumento. “Yo hice un plantel en base al presupuesto que existió”, respondió Pablo. “Creo que mientras estuve en Alianza siempre traté de dar lo mejor para el equipo. No se trata de un estilo, se trata de los jugadores. Mi juego se basa en los jugadores”, continuó replicando el charrúa.

Este no toleró constantemente, como a lo largo del año, en la interna de la directiva haya ese tipo de comentarios, mientras hacia fuera el mensaje era siempre unánime “estamos a muerte con el técnico”. Esa hipocresía y los problemas familiares (su madre de 80 años vive sola en su natal Rivera) hizo ver la salida como una opción al término de su contrato.

Además, hubo bastante incomodidad por parte del estratega y su cuerpo de trabajo porque en su último año al mando de los blanquiazules varias cosas de la interna fueron filtradas a la prensa, como su decisión que al instante estuvo en diferentes medios de comunicación. El problema es que en el Comité Consultivo de los blanquiazules solo había una persona en contra de la continuidad de Bengoechea.

Dictadura íntima

El administrador Renzo Ratto, que en varios pasajes del debate para mantener al técnico charrúa se escudó en las constantes críticas sobre el juego lejos de la identidad blanquiazul. Algo que el gerente Gustavo Zevallos defendió pero terminó encontrando una frase que lo obligó a acatar la decisión: “No creo que haya necesidad de traer otro técnico y también otro gerente”.

Incluso, fuentes de La Victoria anuncian que todo comenzó cuando la máxima autoridad en la institución victoriana viajó con destino a Argentina para reunirse con el entrenador Miguel Ángel Russo, pasando por encima de lo que venían trabajando hasta el momento, la renovación de Bengoechea.

El descontento siempre estuvo incluso llegó a su punto más alto con los refuerzos que se consiguieron este año, como Tomás Costa y Maximiliano Lemos, el yerno, aunque el propio Pablo aseguró que solo era el enamorado de una de sus hijas. Al parecer que el bajo nivel mostrado por ambos terminó por quitarle crédito.

Otro punto en contra del estratega fue los dos encuentros ante Sporting Cristal de la final, en los que fue superado ampliamente después de dos buenos encuentros ante FBC Melgar, que sacó a relucir lo mejor del entrenador pero en la final olvidó haciendo jugar a ‘Cachito’ Ramírez de ‘falso nueve’ cuando tenía en el banco de suplentes a Janio Posito o verlo insultando a Gabriel Costa, el jugador más desequilibrante de su rival.