Escribe: FERNANDO JIMENEZ
Tras un viaje agotador, con escala en Miami, llegamos a Los Ángeles, al filo del mediodía del miércoles. Tras un control exhaustivo en las aduanas norteamericanas pasamos, pero veíamos como no dejaban pasar ni agua en botella y ya deben imaginarse otras cosas que los pasajeros llevan sin estar advertidos. Pero nada fue mejor que el abrazo de mi adorada hija Gabrielita, quien nos recibió en el aeropuerto. Y es que he viajado con mi esposa Mireya y teníamos que asistir a su graduación de Excelencia Latina, que será hoy vienes y la premiarán por su excelente promedio de notas, en la Universidad Santa Mónica de esta ciudad, donde estudia, y el martes 11 ya se gradúa con toda su promoción de la carrera y le falta dos años más para ser una gran sicóloga. Yo y Mireya felices con los progresos de nuestra Gabrielita, quien tomó la decisión de venirse, por estos lares.
Hace un par de semanas recibí un mensaje de la Conmebol: “Estimado Fernando Jiménez nos complace informarle que su solicitud de registro de acreditación para la Copa América ha sido aceptada, podrá recoger su credencial presentando la documentación original, en nuestro Centro de Acreditación en la ciudad solicitada de 9 de la mañana a 6 de la tarde”. La verdad que cuando llegan mensajes alivia y reconforta. Pese a los años que uno tiene en el periodismo, así sucede. Siempre hay un duende que aparece y niega, duda y se pone en plan cuando hay esta clase de solicitudes.
Aún recuerdo cuando un duende me bajó del avión para el Mundial de Brasil 2014. Un coleguita de marras que cree que no sé cómo fue la historia. Su empresa tenía los Derechos de TV y como el Jefe de Prensa de la FPF, no estaba en su oficina, los encargados de Prensa FIFA le preguntaron por el Semanario Al Toque, muy suelto de huesos respondió: “Ese medio no existe”. Fui a reclamar a la FPF y el doctor Manuel Burga, quien me había puesto, en la selección de los medios escritos, en primer lugar, me dijo que justo viajaba al siguiente día y hablaría con el Jefe de Prensa de la FIFA. A su retorno a los tres días a Lima, recibí otro mensaje de FIFA diciéndome: Solicitud Aprobada. Ya era muy tarde, solo faltaba una semana para la Copa del Mundo y no había sacado ni el pasaje. No pude ir a Brasil 2014.
Otra fue en el 2012. Me acredité para el partido Uruguay – Perú, por las Eliminatorias y viajé a Montevideo, previa escala en Buenos Aires. Al llegar a la Asociación Uruguaya de Fútbol, entro al mostrador de acreditaciones y solicito mi credencial. Un tipo con cara de patán, sin revisar la documentación, me dice: «Su medio no está acreditado”. Le muestro la fotocopia enviada con la aprobación correspondiente y me grita: “No insista, no está acreditado”. Entonces voy a viajar más de 5 mil kilómetros sin saber que tengo la aprobación, le respondo. Me sigue mirando amenazante, como diciéndome: «No jodas”.
No sabía que yo también soy gallito de pelea. Los reporteros gráficos peruanos, enviados especiales, miraban la escena. Así que les dije en voz alta para que escuchara el patán. “Muchachos alisten sus cámaras que me voy a encadenar en la puerta en son de protesta porque este señor me niega la credencial» y les guiñé el ojo. Todos salieron a la puerta diciendo: “Vamos Mencho, encadénate y tomamos la foto así da la vuelta al mundo y vean como le niegan una acreditación a un periodista». Hicimos la finta y el tipo salió corriendo gritando: «Señor, señor, ya encontré su credencial, por favor no haga eso». Y nosotros con los foteros lo hacíamos sufrir. Al final ya cuando me dirigía al mostrador, me dijo: «¿Son tres, no? Sí son tres». Estaba más perdido que turco en la neblina. Solo era una credencial.
Les cuento esto porque muchos de esos personajillos, se creen más papistas que el Papa. Hay periodistas que envían la carta de sus medios y les niegan la acreditación. Y más ahora que hay miles de periodistas. Cualquiera saca un programa vía zoom, crea su página web y otras que se ven por las redes sociales y se mandan con todo para ver si liga. Y ellos, Conmebol, tras una revisión exhaustiva acredita. Se fijan en las visualizaciones, en los likes, a que cantidad de público llega ese programa. Con los medios tradicionales no se hacen muchos problemas porque están registrados en sus archivos y de cuantas coberturas ha hecho al que acreditan, a nivel Conmebol o FIFA.
Me cuentan que hay más de dos mil solicitudes rechazadas. En todo el continente, ocurre igual que en nuestro país. Han proliferado los medios y algunos no tienen acceso al registro Conmebol. Por decir, saca su programa un ex futbolista famoso y ya se cree con derecho a cubrir un evento de esta magnitud. Conmebol y FIFA no le darán su acreditación, salvo que sea comentarista de un canal de televisión importante, como Iván Zamorano, quien hace periodismo en Chile, Tostao en Brasil o Oscar Ruggeri y Diego La Torre, en Argentina. A ellos si los acreditan a solicitud de sus medios.
Mañana sábado iré a recoger la credencial en la sede que está el SoFi Stadium en Inglewood, a media hora donde estoy alojado. Tal como en otros eventos, seguramente nos tomarán la foto respectiva, revisarán la documentación y a la media hora nos deben entregar la credencial, que nos da acceso a las 14 sedes designadas. Empezaremos el 20 viajando a Arlington para ver al siguiente día el Perú – Chile, de ahí agarramos vuelo a Kansas, donde veremos el Perú Canadá, el 25 y finalmente iremos a Miami, para observar el Perú – Argentina.
Les iré contando día por día cómo será mi décima Copa América, que arrancó en 1983 cuando fui a Montevideo para cubrir el Uruguay – Perú. El Campeonato Sudamericano que se convirtió en Copa América en 1987, cuando la organizó Argentina.