Por: Fernando Jimenez
El triunfo de Oriente Petrolero fue justo. Desnudó las falencias cremas, producto de su inexperiencia. Una cosa es querer y otra poder. Y este equipo de Universitario no puede. Se desvanece en intenciones y carece de fundamentos básicos en el fútbol: El control del balón, que no lo tuvo a lo largo del encuentro. Salvo esporádicas apariciones en el inicio con una buena llegada de Paulo De la Cruz que no culminó Suicho, después no tuvo otra clara que alimentara la ilusión. Ellos, con poco, manejaron mejor la pelota y, les bastó para llevarse una victoria merecida.
Otra de la razones de la derrota fue que la “U” aún no logra un buen estado físico. Se nota en las pelotas divididas y en el recurrir constantemente a las infracciones. Eso es signo de debilidad, falta de recursos y de fortaleza. Aunque Oriente Petrolero también neutralizó a costa de infracciones. De la Cruz más paraba en el suelo, ya que en su intento de desbordar lo jalaban o lo trababan. Hay que trabajarlo más físicamente, sino se perderá en el camino y tardará en consolidarse.
El primer gol boliviano fue un golazo de Héctor “Ronaldo” Sánchez. Un zurdazo que solo lo vio pasar Fernández. Pero nadie atacó a la pelota. Si desbordan a un defensa, ahí tiene que estar el de contención para la cobertura. Angel Romero solo atinó a poner sus manos detrás de sus espaldas. En el segundo tanto, lo encararon a Vargas, quien sin soporte defensivo y marcando con la mirada, fue desbordado a través de un pase al vacío milimétrico para que el “Tanque” Freitas de un derechazo venciera a Fernández, llegando tarde Shuller a la cobertura.
En el segundo tiempo, Universitario no atacó nunca. Me preocupa Daniel Chávez, es el “9” y juega fuera del área. Si Suicho y Huamántica no tienen más atrevimiento tardarán en consolidarse. Al menos, debieron poner más actitud. Sin sacrificio no se llega al éxito. La “U” no tuvo solidez defensiva. Figueras se fue expulsado por una entrada fuerte. Si sabe que el rival está con 10, hay que tener más cuidado porque él árbitro está más proclive a compensar, como sucedió.
Pedro Troglio se apuró en los cambios. Le dieron el dulcecito y compró. Sacó a Benincasa y puso a Vargas. El tiro le salió por la culata. Vargas cada vez está más cerca del retiro. Ya le pesan los años para controlar a los más jóvenes. Troglio quiso al menos empatar, pero lo hubiese cerrado con el 0-1 que es más fácil remontar que el 0-2 final. Aunque la tarea mayor del técnico es hacer funcionar a su equipo, que hasta ahora solo muestra entusiasmo.
Queda el viernes para la reivindicación. Quizas por ahí nos dan una sorpresa, pero lo veo tan verde, que me dificulta ilusionarme.