Por Ernesto Cavagneri
Parafraseando al poeta panameño Rubén Blades en su ópera salsa Maestra Vida (una genialidad), trato de relacionar el contexto de nuestro miserable fútbol peruano, cuando escucho algunas declaraciones que deberían llamar a una profunda reflexión a la gente que maneja los destinos de nuestros campeonatos de primera y segunda división.
Faltan varios días para saber qué equipo jugará la final con Sporting Cristal en el torneo de primera división. En la segunda división también se están jugando instancias finales, pero por principio de justicia, para la próxima temporada debería revisarse la forma en la que se define cada torneo.
No es posible que exista tanta diferencia entre el mejor del puntaje Acumulado y los otros que por inspiración, no sabemos de quién o quiénes, le dan la posibilidad a quienes no la merecen de meterse en instancias cruciales de una definición.
Y no confundamos las cosas por el sentimiento que pueda despertar en cada uno de nosotros una institución. No, señores. Hablemos de un tema estrictamente de justicia.
No es posible que un club -en este caso-, como Sporting Cristal que hizo a lo largo de la temporada 91 puntos, ahora tenga que estar en balcón, y no sabemos si confiado o asustado, esperando al que resulte vencedor entre Melgar (79) y Alianza Lima (74); en una semifinal que solo los ‘geniales’ directivos de la Asociación Deportiva de Fútbol Profesional (ADFP) se les ocurre plantear, con la venia de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) que dio luz verde para esta absurda definición.
Es por eso que por esta y otras razones, la gran mayoría califica a este campeonato Descentralizado como un perfecto mamarracho.
El campeonato de segunda, también tiene sus perlas. La Universidad César Vallejo, dirigida por ‘Chemo’ Del Solar, le sacó 7 puntos de ventaja al segundo lugar, pero igual hicieron una estúpida liguilla para darle la posibilidad a quienes no hicieron bien las cosas, de tener acceso a instancias importantes del campeonato.
Entonces, deberíamos analizar con la frialdad necesaria, dónde está el problema, cómo hacemos para que el fútbol peruano deje de ser el desastre de siempre. El problema se hace mayúsculo cuando vemos que no hay capacidad de reacción en la misma federación, donde están más distraídos con los problemas judiciales del presidente, cuando ese es un tema personal que Oviedo y sus abogados deben enfrentar.
El fútbol peruano hace tiempo que viene siendo muy mal manejado, pero pocos quieren entender que la clasificación a Rusia 2018 solo fue un accidente, y que ahora de vuelta a nuestra realidad, podemos también parafrasear a Manuel González Prada y decir que por donde ponemos el dedo salta la pus.