El inefable Diego

Columna En la boca del tunel
Columna En la boca del tunel

Por Fernando Jiménez

A Diego Maradona lo entrevisté cuatro veces y siempre fue irascible y polémico. La primera fue cuando recién había firmado por Boca en 1980 y jugó un clásico con River en el Monumental de Núñez. Si bien es cierto que por ese año ya era una estrella no tenía aun la dimensión que logró después que se convirtió en el Mejor Jugador del Mundo. Recuerdo que esa tarde empataron con River 2-2 y lo encontré en el camarín boquense. Antes, los periodistas, podíamos entrar al vestuario. Estaba con una toalla secándose su cabello en el banco y le pedí a Jorge Cysterpiller, su empresario, que le diga que quería entrevistarlo. Jorge se acercó le habló al oído, me miró me hizo un gesto y fui hacia él. Esa tarde me habló bien de Perú. Me dijo que le gustaba nuestro toque y elogió al Nene Cubillas y a Julio César Uribe.

La segunda vez fue cuando la selección argentina jugó un amistoso en enero del 85 ante Alemania y empataron 0-0. En el camarín mientras se secaba el dorso con la toalla le pregunté: Diego ¿Cómo vez el partido ante Perú por las Eliminatorias?. Su respuesta fue “A Perú le ganamos caminando”. Le retruqué que no se confiara mucho que ya los habíamos eliminado en el 69. Y se enojó: “No me hables de dinosaurios. Yo quiero que gane Argentina porque soy argentino y vos que gane tu país, qué querés que te responda. Se terminó, no me preguntes más”. Y así terminó la nota

La tercera fue cuando retornaba la selección argentina de Lima en 1985 tras la derrota ante Perú (1-0) con gol de Oblitas. Antes, también los periodistas entrábamos hasta la misma pista de aterrizaje de los aviones. En la bandeja de las valijas lo encaré y le pregunté: ¿Qué pasó con Reyna?, no te dejó ni respirar. Empujando su carrito, me miró con cara de pocos amigos y haciendo un gesto como diciendo: Otra vez este boludo, esbozó: “Reyna no juega fútbol, ese juega rugby”. Envié la nota a Lima, y las agencias internacionales reprodujeron sus declaraciones. “Maradona dice que Reyna juega rugby”.

La cuarta fue cuando Nolberto Solano fue contratado por Boca en 1996 y viajé a Buenos Aires para ver su debut. Ñol jugó bien y al final del cotejo le pregunté, en el mismo camarín: ¿Qué te pareció Solano, Diego”. Uh es un maestrito. Buen jugador. En Todo Sport titulamos así: “Solano es un maestrito”, afirma Maradona. Años después cuando volvimos a ir para su despedida y los tiempos habían cambiado, ya no había acceso para llegar a él. Con Joseph Ángeles le armamos una emboscada y lo vimos antes que entre a las 4 de la madrugada al Lawn Tennis donde cerraba la noche. Ese es tema para otra columna.

Ahora lo escucho a Diego y me da pena. No es el Diego de antes, aunque lo de inefable no lo pierde. Esa declaración de decir que Messi va 20 veces al baño antes de un partido, se lee como que es un miedoso y no tiene valentía para ser un caudillo. Antes de morir, René Houseman, dijo en una entrevista: Ese tipo es un buchón de M, ortiva, vigilante y soplón que no respeta códigos ni compañeros. Por mí que se vaya a la misma M. Diego ni le respondió. Houseman también es un ídolo y tiene sus hinchas. Cuando alguien lo saca al fresco no responde, sino pregúntenle a Chilavert que cada que puede lo destroza. Eso quería contarles sobre el gran Dieguito Maradona.

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