El periodismo es un apostolado

Columna En la boca del tunel
Columna En la boca del tunel

Escribe: Fernando Jiménez

Es el día del Periodista. Tengo sentimientos encontrados. Han pasado 40 años y parece que fue ayer. Aún recuerdo los nervios del primer día que fungí de periodista y las manos me temblaban agarrando la grabadora grande buscando a José Daniel Valencia. Hacía pocas semanas se había consagrado Campeón del Mundo con Argentina en el 78. Estaba sentado en la tribuna preferencial en la cancha de Independiente. Esa noche jugaban los Rojos de Avellaneda y Talleres de Córdova. Valencia estaba lesionado. No iba a jugar por los cordobeses. Me acerqué, le solicité la entrevista y aceptó. Fueron 15 minutos interminables. Cuando me fui a chequear como había salido, no había apretado el botón de grabar. Volví donde él. Le pedí disculpas, me palmoteó el hombro y me preguntó: ¿Recién empiezas? Si, le dije. Prende tu grabadora y volvemos a hacer la nota. Esa noche de octubre de 1978 empezaba una carrera meteórica en esta pasión que llevo inmersa en la piel. El Periodismo.

Un día, Enrique La Rosa, de la ADFP, me dijo: “Tú eres el más joven de los viejos y el más viejo de los jóvenes”. Me reí. Pero me quedaron impregnadas sus palabras. En el periodismo tengo padres, hermanos, hijos y hasta nietos. El que me engendró fue Oscar Vergara. Culpable directo de que haya ejercido esta profesión. Mi padre fue Alberto Best. Mis hermanos todos mis compañeros de El Nacional, ONDA y Todo Sport. Mis hijos los jóvenes de los cuales fui su jefe y mis nietos los chicos que están conmigo ahora en Todo Sport. No me siento viejo ni joven. La edad la llevo en mi carácter. Ellos se ríen de las bromas que les hago y siempre les digo: “Acá somos una familia, pasamos más tiempo en la redacción que en nuestra misma casa. Tenemos que reírnos y no pelear. Lo que más importa es el producto. Si lo hacemos bien nunca nos felicitarán, si lo hacemos mal nos soplarán la nuca. Son las reglas del juego, si lo entienden bien, soportarán este apostolado. Sino mejor, ustedes que están jóvenes aun búsquense una chamba en una oficina o en un banco”.

Todos han venido temprano. Tenemos que asistir a un almuerzo que ofrece la empresa. Leo los muros del face, los mensajes del whatsaap y es día de fiesta en el gremio. Tantos buenos compañeros y amigos. A mí me alegran sus triunfos, sus progresos, muchos de ellos fueron mis compañeros. Me gusta verlos bien. Siempre pienso, algún estaré viejito y me darán aunque sea una columna en los diarios en los cuales sean jefes. Porque yo sé que nunca dejaré de ser periodista, tarea que ejerceré hasta mi muerte. Disfruto mucho con ellos cuando nos juntamos en el exterior para cubrir un Mundial, por ejemplo. Los observo, los estudio. Veo mucha flema en varios, me hacer acordar cuando empezaba y la aventura rondaba por mi cabeza. Ojalá sigan así, por el camino de la decencia, porque se puede ser mal o buen periodista, pero la mejor tarjeta de crédito que se debe tener  es el de la honestidad.

Feliz Día del Periodista a todos mis colegas. Viejos, grandes y chicos. Los que ejercemos esta tarea sabemos bien que es un apostolado. Y él que no lo siente así, debe alejarse mejor porque no es lo suyo. Hacemos lo que nos gusta y todavía nos pagan. El cariño enorme para todos. Somos una raza distinta, somos periodistas. Y eso es nuestro mayor orgullo.

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