Por Fernando Jiménez
Lo último que se pierde es la fe. Alguna vez escuché esa frase y con el transcurrir de los años la hice propia. Quizás la utilicé como caballito de batalla en momentos difíciles. Saqué algunas palabritas de mi diccionario como “no se puede”, “es imposible”, “no creo que ello suceda”. “ya está oleado y sacramentado”, “¿tú crees que vamos a ganar?” y un sinnúmero más que solo causan el desánimo y la desesperanza. Algunos las tienen inmersa en su piel y la barajan con un “soy realista”. Si bien es cierto que cada uno tiene derecho a opinar, las redes sociales sirven para conocer a las personas. Con un par de frases elaboradas me formo un concepto que quien postea o responde en una interacción.
¿Se acuerdan cuando muchos decían que no teníamos jugadores? Son los mismos que ahora postean un debate si debe jugar Farfán o Carrillo ante Dinamarca. Yo me pregunto: ¿aparecieron los jugadores por arte de magia?, ¿Gareca es chamán, brujo, el que descubrió la pólvora para armar una selección que hace 14 partidos no pierde? Me pongo a pensar esa frasecita de “Bielsa ha pedido seis jugadores buenos para que acepte dirigirnos”. ¿Qué dirá Bielsa ahora, seguirá pensando lo mismo? Sucede que nosotros los peruanos, me incluyo, tenemos nuestra autoestima muy baja. Pero ya al extremo. Y eso no es bueno. Ha tenido que venir un entrenador flaco, desgarbado, pelucón y con cara de bueno, para decirnos: “Ustedes son un mendigo sentado en un banco de oro”.
Segrego bilis cuando recuerdo a muchos decir por radio o postear en las redes que el Caso Paolo ya era un tema cerrado. “Hay que preocuparnos en los chicos que quedan, Paolo ya fue”. ¿Ahora qué dirán? Al menos cállense la boca y no sigan haciendo el ridículo. Me cuentan que uno dijo por ahí: “Yo no hago periodismo de periodistas”. Increíble. Dónde habrá estudiado periodismo que por rencor patinó al no dar crédito a una sugerencia y primicia de un colega que arriesgó el alma. La noticia es la noticia, no me vengan con eso de que hacen un periodismo responsable. O pusilanime, para ser más clarito. El que no arriesga no gana. Si no está de acuerdo, mejor que se guarde la lengua en el bolsillo y no defenestre el trabajo de otros que ya muchohacen arriesgando lo que los seriecitos nunca harían.
Son mentiras verdaderas. Me enerva hasta el último pelo de mi humanidad cuando sigo escuchando “fuimos al Mundial por los tres puntos que nos dieron ante Bolivia”. Argentina con Maradona metió un gol con la mano y fue campeón del mundo en el 86 y yo no escucho a los argentinos decir: Campeonamos por la mano de Diego. Cuántas veces nos sacó la mafia de los mundiales. ¿Ese empujón de Pasculli a Javier Chirinos fue legítimo?
O esa patada artera de Camino a Franco Navarro no fue armada por ese que ahora da pena con sus depresiones. No seamos baja llantas. Ya estamos en el mundial. Falta poco para enfrentar a Dinamarca. Ya no ajusto cuando nos atacan. Yo quiero ganar, para que todo el país se abrace. Y si perdemos no importa, pero intentemos la gloria. Sino estará usted en el lote de esos perdedores acreditados que son más tercos que una patada de mula.