PIQUEOS DEL ESTADIO NACIONAL

 

 Igualitos. Troglio y Salas no solo se parecen en la cara, dirigen de la misma forma. Reclaman hasta porque pasa la mosca. El cuarto hombre del partido estaba loco, ya no sabía qué hacer para detenerlos. Cada cobro injusto para ellos se lo comían vivo.

Calidad. El muchacho Bryan Velarde le puso los gemelos en la garganta a su entrenador cuando salía jugando de su área. Su buen dominio con el balón lo hacía arriesgar y ponía nervioso a más de uno, pero al final salía jugando bien.

 

Que abusivo. Calcaterra le metió tremendo ajustón al chibolo Barco después que lo planchó. Todo el estadio lo vio menos el árbitro que solo le sacó amarilla, porque le temblaba la mano para expulsar a alguien.

 

Un poco menos de arroz. El ‘Loco’ Vargas estuvo en un buen partido metiendo en todas las que tuvo y guapeando a los más chibolos. Si le quita un par de cucharadas de arroz a su plato volverá a tener un mejor estado físico.

 

Poco tiempo. Al que no se entiende porque no juega más minutos es a Lobatón. El comando técnico lo pone faltando cinco o diez cuando los partidos necesitan de su experiencia y jerarquía. Al ‘colocho’ Mejía lo tiene por encima del experimentado volante.