Russo y una ilusión

Columna En la boca del tunel
Columna En la boca del tunel

Escribe: Fernando Jiménez

 El nombre de Miguel Angel Russo es sinónimo de confianza. No se puede negar que es un técnico reconocido en su país y en Sudamérica. Haber sacado Campeón de la Copa Libertadores a Boca Juniors es sinónimo que denota que es un técnico de calidad y relieve. Los colombianos hablan bien de él, ya que también hizo una buena campaña en Millonarios de Bogotá. En la última conferencia de despedida con los colombianos se despidió con lágrimas en los ojos. Su enfermedad le imposibilitaba seguir, pero por suerte ya está recuperado y ojalá haga un buen trabajo en Alianza Lima

 

Russo fue formado en las canteras de Estudiantes de La Plata. Ese equipo que tuvo un sabio como entrenador a Oswaldo Zubeldia, que sacó Campeón de la Libertadores a fines de los 60 a los “Pincharratas”. Y que tenía como figuras a la “Bruja” Verón, padre, y otros como los inefables Carlos Bilardo y Pachamé. Un club con historia, que lo gozó Universitario de Deportes en diversos enfrentamientos. Esos choques ante los cremas eran espectaculares. Jugaban al límite, se les acusó que entraban a la cancha con alfileres para pinchárselos a sus rivales, aunque después ellos mismos desmintieron eso.

 

Una vez Roberto Chale me contó que cuando jugaban en La Plata, se le acercó Bilardo por detrás y viendo al árbitro de espaldas le metió un codazo en la boca que lo hizo sangrar. “Lo perseguí todo el partido y se me corría. Le quería devolver el codazo porque me hizo doler, pero el Narigón era muy vivo que se ponía delante del árbitro”. El mejor Estudiantes que vi fue en 1982 cuando campeonó en el Torneo Argentino. Justamente su entrenador era el “Narigón” Bilardo y en su volante tenía a Miguel Angel Russo en su primera línea y delante de ellos al Bocha Ponce, Bocha le decían por su inteligencia para jugar, y a él se unían Marcelo Trobbiani y Alejandro Sabella, los tres últimos exquisitos con el balón.

 

Bilardo y Madero, el médico, influyeron mucho en su formación como entrenador. Es que Russo era su entrenador dentro de la cancha cuando él dirigía. Tenía ascendencia con sus compañeros y ya se vislumbraba que algún día sería entrenador. Russo está en el mismo nivel de Ricardo Gareca, si se quiere comparar a técnicos argentinos llegados a nuestro país. Es reconocido y seguramente dejará muchas enseñanzas. Creo, sin temor a equivocarme, que ha sido un acierto contratarlo. En los días que conozca a sus jugadores tendrá un mejor panorama.

 

Para marcar diferencia, tiene que hacer un buen papel en la Copa Libertadores. No se va a regalar para hacer un papelón. Los técnicos de la Escuela Bilardo se cubren bien atrás y priorizan la pelota parada. Lo que se conoce como táctica fija. Vamos a ver si su salud no le juega una mala pasada, pero ya de entrada los jugadores se darán cuenta que no están ante cualquier técnico y que viene a graduarse a Perú. Hay que aprovecharlo. Russo nos puede hacer ilusionar si le sale bien las cosas. Suerte Russo y ojalá Alianza te aproveche.