Por Ernesto Cavagneri
Me gustó Rusia 2018. Sin duda, un mundial que dejó conclusiones importantes, como la confirmación de que el futbolista A1 tiene que ser absolutamente profesional. En este nivel de competencia no hay tiempo para distracciones. El que se la cree se va rápido a su casa.
Si el fútbol de hoy fuese menos colectivo, seguro que hubiésemos visto a Messi y Cristiano Ronaldo en instancias más importantes, pero eso no va más en el fútbol de hoy. La capacidad individual siempre debe estar al servicio del equipo.
Con el peso de la camiseta cada vez se ganan menos partidos, porque los niveles competitivos entre selecciones se vienen acortando. Más allá de algunas goleadas que sufrieron débiles selecciones como Panamá y Arabia Saudita, las diferencias entre una y otra ya no son abismales como antes y esto es saludable para el fútbol mundial.
Francia con una selección joven en promedio y con un arquero experimentado, pero con cuerda para rato como Lloris, está llamada a reinar por buen tiempo a nivel mundial.
Hay madera suficiente para que los ‘bleus’ sigan creciendo, no nos olvidemos que Deschamps tomó decisiones radicales y dejó fuera del plantel a jugadores de gran nivel, porque no es suficiente con ser un crack dentro de la cancha, porque también hay que ser un señor fuera del verde.
Con jugadores como Kylian Mbappé que tienen mucho techo y con otros que seguramente llegarán en su madurez exacta a Qatar 2022, Francia de seguro será la gran candidata. Hay que ver todavía lo que puedan ofrecer en la siguiente Eurocopa, pero como equipo es superlativo. Y precisamente gracias al talento y a la seriedad de su federación ahora gozan de un éxito envidiable.
Distinto es el caso de la sorprendente Croacia, merecido subcampeón del mundo, con Luka Modric a la cabeza, pero la mayoría de sus jugadores están sobre los 30 años, claro que podrían llegar o hacer el proceso para Qatar 2022, pero es difícil que todos lleguen en la plenitud de su fútbol como sucedió con este equipo en Rusia 2018.
El tiempo nos dará las respuestas, pero veo a Francia como la gran potencia a tumbar, tarea complicada para todos y mucho más para los sudamericanos que experimentaron un deceso en su producción.
