¿Cómo es perder la virginidad con las prepagos de Guayaquil?

Muchos lo ven como algo tradicional, otros como una forma de entrar en contacto con el sexo femenino, pero para las prepagos de Guayaquil es una parte atractiva de su trabajo diario, y es que perder la virginidad con una escort definitivamente es uno de los deseos más cotizados en este milenario oficio.

“Tania”, una escort de Guayaquil con más años de experiencia, no deja de asombrarse de la cantidad de veces que es llamada para la primera vez de algún jovencito de clase alta. “Esto ha sido así desde que yo empecé a trabajar en este mundo a los 17 años, todas las semanas vienen siempre dos o tres padres para que les ‘estrene’ al muchacho”, afirmó, maliciosa.

“Creo está en su insconsiente, es un deseo que muchos hombres adultos y jovénes desean que su primera vez sea con una mujer experimentada, de un cuerpo como el mio, que los domine de cierta manera o los guie”, explicó. 

Las chicas prepago de Guayaquil son una tradición

En un estudio sociológico de la Universidad Central del Ecuador, cientos de prepagos Guayaquil afirmaron haber sido contratadas por padres o hermanos mayores de todos los estratos sociales para la primera vez de jovencitos, ya sea como regalo de cumpleaños o de graduación, lo que convierte esta actividad en algo tradicional desde muchas generaciones atrás.

“Siempre ha sido así, me atrevería a decir que desde los tiempos coloniales, pero la hipocresía y el machismo incubados durante cientos de años dentro de la sociedad ecuatoriana evita comentarlo y muchísimo menos debatirlo porque lo consideran un lunar social e histórico”, afirma “Adriana”, una antigua scort de Guayaquil ya retirada y que estuvo activa durante más de 40 años y que ahora regenta una casa de citas de clase alta.

Ataviada con exquisitas prendas de Gucci y con una joyería fina, Adriana parece todo menos una mujer pulida en el sexo de Guayaquil, pero con 58 años y la experiencia de toda una vida en el “oficio más viejo del mundo”, ha visto generaciones enteras de padres que arrean a sus hijos para vivir su primera experiencia sexual en las manos, o en este caso las piernas, de una profesional.

“Yo he viajado a México, Argentina y otros países de la región y en todos es la misma cosa, los padres o hermanos mayores confían en nosotras para que los chicos tengan una buena primera experiencia, y te puedo asegurar que las escorts de Guayaquil somos tan buenas como cualquier otra”, comentó con orgullo.

¿Qué dicen los padres?

“Braulio”, un carnicero oriundo de la población occidental de Santo Domingo y con más de 30 años en Guayaquil, nos concedió una entrevista con mucha honestidad sobre las prepagos de Guayaquil, pero manteniendo su nombre en reserva “por si lo lee mi mujer”, opinó no sin una sonrisa confidente.

Con unos ojos diminutos y achinados que parecen dos bolitas brillantes enmarcadas bajo unas gruesas cejas y con un espeso bigote que parece desbordarse cuando sonríe, este carnicero de cuerpo robusto y alma noble no niega que su primera vez fue con una escort de Guayaquil, y recuerda la experiencia con una memoria muy vívida.

“Yo tenía unos 17 años y era bastante alto y fuerte para mi edad, todos pensaban que era un adulto y por eso pudimos entrar a la casa de citas sin que siquiera me pidieran identificación, pero siempre fui muy tímido. Recuerdo que mi hermano mayor estuvo bromeando conmigo todo el camino porque estaba tan nervioso que parecía petrificado”, dijo riendo con picardía.

Resaltó que “tuve mucha suerte porque me tocó una chica muy bonita y experimentada que me tuvo paciencia y me supo llevar, yo casi no tenía conocimiento de nada y ella supo cómo atenderme… descubrí que a diferencia de lo que la mayoría cree, ellas se cuidan y son muy limpias, lo que menos desean es enfermarse con algo raro”.

Cuando se le preguntó si estaría dispuesto a llevar a uno de sus hijos para que viva su primera vez con de las chicas prepago de Guayaquil, este carnicero con alma de niño rio con jovialidad.

“Fíjate que no lo había pensado tan seriamente, principalmente porque tengo dos muchachos y ambos son unos verdaderos Don Juanes, no creo que necesiten mucho de mi ayuda”, manifestó “Braulio” con su risa acostumbrada.

Uno de los entrevistados más interesantes fue “Martín”, un policía de la delegación de la ciudad y que no tiene reparo al afirmar que no tendría problemas en llevar a uno de sus hijos con una de las chicas prepago de Guayaquil.

“Para mí no hay vergüenza en admitirlo porque he estado mucho tiempo en ese mundo y sé quienes lo integran. No con eso digo que todo dentro de ese ambiente es algo positivo porque no es así, pero se que cuando lleve a mi hijo será con una profesional que conozca y sea competente”, indicó.

No todos opinan igual, para Rogelio, quien es un empresario, esto “debe de ser una decisión personal salir con escorts de Guayaquil, inclusive consultarla con los muchachos porque al fin y al cabo son ellos quienes van a vivir esa experiencia”.

Agregó que “en mi caso fue muy gratificante y conozco otros casos parecidos, quizás los chicos se sientan más a gusto al hablarlo con sus hermanos que con el padre, pero lo que no comparto es que sea impuesto, eso no me parece”.

Lo positivo de la “primera vez” con una escort en Guayaquil

Sin duda lo más positivo de tener este ansiado primer encuentro sexual con alguna de las prepagos en Guayaquil es sin dudarlo la seguridad de estar en manos de alguien con mucha experiencia y que sabrá llevar el “barco a buen puerto”.

“Ojalá todos mis andanzas fueran con esos muchachos, casi siempre son un amor, caballerosos, asustados hasta el tuétano, pero fogosos y cariñosos como nadie”, confirmó “Lourdes”, una chica linda de piel blanca y contorno voluptuoso.

“Y no se crea, se trata de una gran responsabilidad porque la primera vez siempre es algo especial, por eso los padres y los hermanos mayores nos dan un pago extra y nos advierten que es su primera vez, ya con eso sabemos cómo actuar”, destacó con orgullo.

Reveló que para todas las chicas, “es muy diferente a atender a un hombre mayor que quizás esté bebido a las 3 de la madrugada, pues estos trabajos con jóvenes que vienen a vivir su primera vez sí son especiales y para ellos inolvidables”.

Ya sea algo tradicional o no, perder la virginidad con una de las prepagos de Guayaquil suele ser siempre una ocasión importante, y que amerita lo que ellas llaman un “tratamiento especial”, para que el muchacho experimente un encuentro único y maravilloso en manos de una chica pícara y lúdica que lo haga sentirse deseado y desinhibido.

Para ellas, es un encuentro que amerita destreza, habilidad, y por qué no, un poco de cariño.