Como si fuera ayer

Columna Pisando el área
Columna Pisando el área

Por Renato Landívar

El llanto de Christian Cueva en los brazos de Ricardo Gareca, mientras se confundían en un abrazo. El caminar desconsolado de Jefferson Farfán, quien lo hacía tapándose el rostro con su camiseta para evitar capten sus lágrimas y las celebraciones que se extendieron hasta que salió el sol en Lima son los recuerdos que tengo grabados en la mete de ese día de la clasificación a un Mundial un año atrás.

La hazaña se logró aunque costó en el camino perder a Paolo Guerrero, a quien en el calentamiento reconocían con un polo cada uno de sus compañeros, iniciativa de Farfán para reconocer a un amigo incondicional quien siempre le dijo que debía ponerse en forma cuando muchos lo daban por retirado para lograr juntos el sueño de la clasificación a una Copa del Mundo que tenía desde que jugaban juntos en las inferiores de Alianza Lima.

Este, como obra del destino, apareció en el momento justo para recibir un milimétrico pase de Cueva e iniciar el camino para romper ese maleficio de 36 años. El grito desaforado denotaba la catarsis de la ‘Foquita’, viviendo momentos realmente tormentosos, de los que ese deseo de superación que tuvo desde niño lo hizo salir a flote. Por qué el destino es así cuando tiene algo para ti, todo se confabulará a tu favor para que lo consigas.

Después del primer gol, todo fue más fácil, la blanquirroja siguió llegándole por todos lados al elenco neozelandés aunque recién en el segundo tiempo la ‘Sombra’ Ramos aseguró el marcador para darle tranquilidad a todos los presentes en el coloso de la calle José Díaz. El resto del choque fue de simple trámite, debido a la poca exigencia del rival.

La fiesta comenzó a vivirse de forma anticipada aunque la ansiedad la silenció en los descuentos para al escuchar el pitazo final del árbitro escuchar al unísono esos gritos atorados en la garganta por tanto tiempo. Ese nudo, no existe más y un año ha pasado desde ese momento mágico, quizás el más feliz en la vida de todos los peruanos, que en adelante tuvimos un motivo más para sentirnos orgulloso de nuestro país.