La Copa de los pobres

Columna del Lobo
Columna del Lobo

Por Juan Carlos Esteves

El sábado me agradó presenciar las tribunas de oriente y occidente del estadio ‘Miguel Grau’ del Callao, completamente repletas. El público respondió de esta manera al doblete de la Copa Perú con cerca de diez mil hinchas que representan fundamentalmente al Perú profundo.

No son los más de cuarenta mil personas que atiborraban el Estadio Nacional en los años setenta, pero tampoco son los tres mil espectadores que el año pasado  asistieron tímidamente al estadio ‘Iván Elías Moreno’ de Villa el Salvador. El número de hinchas motivan a los equipos que salieron al gramado del escenario chalaco con todas las ganas de llegar a la gloria.

De la Copa Perú ya hemos escrito el año pasado. Es el torneo que representa a los equipos del pueblo, de los torneos pobres de nuestro país. Por ejemplo, sin ser muy distantes, difícilmente encontraremos un club que tenga mucho poder adquisitivo como el César Vallejo que ahora actúa en la Segunda División. No hay ‘plata como cancha’ como para armar tremendos equipazos.

Así fue desde el principio, desde la primera edición, cuando el campeón fue el Alfonso Ugarte de Chiclín (Trujillo) en 1967, con José “Chicamero” Quispe y Manuel ‘Meleque’ Suárez entre los jugadores principales. Puro corazón, pura camiseta, pasión por el fútbol macho.

Luego llegarían otros campeones como el Atlético Torino de Talara, el Bolognesi de Tacna, el León de Huánuco, UTC, La Palma de Huacho, hasta llegar a los actuales equipos como el Binacional, Real Garcilaso, Sport Huancayo.

Por supuesto, antes había más identificación de los hinchas provincianos afincados en Lima, porque en los años sesenta y setenta las migraciones eran más recientes y estaban latentes. Hoy no es tanto así. Por eso, difícilmente una Copa Perú de los tiempos actuales se podría realizar en el Estadio Nacional con las tribunas repletas y el folklore en su máxima expresión.

Como no recordar los tripletes de antaño y las familias llegando al Estadio Nacional con provisiones de comida para pasar un lindo domingo  de fútbol. Grupos folklóricos colocando el momento musical en las tribunas y en la cancha el verdadero fútbol macho. Nunca hubo partidos aburridos, el bostezo no existía en la verdadera fiesta del pueblo.

Jugadores para recordar. El principal Jorge Olaechea  quien en 1977 llegó a la finalísima con el José Carlos Mariátegui de Ica. El cuadro iqueño quedó último con tres puntos, pero todos los ojos estuvieron puestos en el ‘Mango’ quien un año después pasó a Alianza Lima, luego en los años ochenta actuó por el Independiente de Medellín y el Deportivo Cali de Colombia. Luego en 1991 y 1992 campeonó con el Bolívar de La Paz. Y con la selección peruana actuó de titular en el mundial de España 82.

De los actuales jugadores de estos tiempos, hay que destacar a Miguel Trauco quien el año 2010 subió con el Unión Comercio, posteriormente pasó a Universitario, llegó al Flamengo de Brasil y con la Blanquirroja fue mundialista en Rusia 2018.