La garra charrúa

Columna del Lobo
Columna del Lobo

Por Juan Carlos Esteves

Luego del reciente triunfo de Uruguay por 2-1 a la Portugal de Cristiano Ronaldo en octavos de final del mundial, la selección celeste otra vez se puso de moda y como casi siempre se dijo que el triunfo era fundamentalmente por la eterna garra charrúa.

En nuestro país se festejó este triunfo, destacando fundamentalmente por el temperamento charrúa para imponerse ante los portugueses. Sin embargo, se olvidó o no se resaltó que los uruguayos también ganan porque tienen buenas ideas de juego en su equipo y futbolistas como Suárez y Cavani, que en base a inteligencia también pueden superar a la defensa rival.

En Uruguay también destacan el gran temperamento que existe en su país, en forma general, pero hay personajes públicos que piden no confundir el tema. Recientemente el expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti habló sobre el asunto y se refirió así: “Lo de “la garra” como expresión de coraje obstinado para defender valores propios, bienvenido sea. Cuando, en cambio, es usado para explicar de modo simplista y dogmático los grandes triunfos deportivos, termina siendo un disvalor, porque ignora la acción inteligente y resta mérito al aporte del trabajo paciente y sacrificado”.

Lo cierto es que en el fútbol, el mito de la garra charrúa surgió tras el ‘Maracanazo’. Cuando Uruguay venció 2-1 a Brasil en su propio mundial en 1950. Ese tarde el volante Obdulio Varela, conocido como el “Negro Jefe” antes del inicio del cotejo reunió a todo el plantel celeste, y al ver que el estadio Maracaná rugía con más de doscientos mil hinchas brasileños les dijo con el tono de voz elevado: “No miren para arriba (a la tribuna), porque los de afuera son de palo y los partidos se ganan con los huevos en la punta de los botines”.

A partir de ese momento, por el triunfo ante Brasil en su casa, el mito de la garra uruguaya creció hasta el día de hoy. Pero lo que no se dijo es que esa final también se ganó por la clase en el gramado de Juan Alberto Schiaffino, la velocidad de Alcides Ghiggia y la habilidad de Julio Pérez. Además Obdulio Varela combinaba potencia con técnica y admiraba el arte.

Por cierto, esa fue la última vez que Uruguay fue campeón del mundo. Han pasado más de 68 años y no tuvo ninguna vuelta olímpica más. El viernes en este mundial de Rusia se enfrenta a Francia por el pase a la semifinal y para lograr el objetivo no solamente va a necesitar de su garra, sino también de una buena técnica de sus jugadores para imponerse al buen conjunto francés. Felizmente tienen a dos grandes jugadores que todo lo ven gol: Luis Suárez y Edison Cavani. Hace muchos años que no contaban con dos goleadores de raza.