Por Fernando Jiménez
desde Moscú, Rusia
Ganó Brasil. Y eso es bueno. El león dormido abre los ojos y se levanta. Vuelve a ser protagonista. Vuelve a ser temido. Nadie lo quiere enfrentar. México lo sufrió. Pese a que le hizo pelea y le salió respondón. Por más que en determinados momentos lo encaró y lo hizo sufrir. Pero los brasileños tienen individualidades. Y eso es un factor fundamental para el desequilibrio. Para romper las líneas. Como esa apilada y taco de Neymar para que, entre Williams por izquierda, centre y el mismo Neymar añada el primero. O ese segundo gol con otra genialidad de Ney quien encaró y ante la salida del Memo Ochoa la tocó de puntita para que la meta Firmino.
Es muy difícil sostener a Brasil. Hubiese ganado por más, pero las manos del Memo Ochoa lo impidieron. México cumplió, se fue con la frente en alto. Aunque algunos critiquen a Osorio por poner en el partido anterior al Rafa Márquez. Tuvo a Chicharito en su mejor exponente, pero no tuvo consistencia para mostrarse sólido en sus líneas. Los brasileños juegan en las ligas más importantes del mundo y eso les da un plus para encarar partidos de alta competencia. Ganan sin despeinarse. Se saben y se sienten superiores. Y tienen un técnico que los interpreta y viceversa. Brasil cuando abandonó su tradición fracasó. Ahora no fracasará porque juega con el estilo que supieron conseguir.
Qué partido el de Bélgica y Japón. Los belgas acusaron el impacto de ir perdiendo 2-0 ante un veloz, incisivo y atrevido equipo japonés que los hizo tambalear. Pero los europeos son fríos, herméticos, no se desesperan ante el menor descuido. Van en busca de la igualdad y así de a poco fueron equiparando fuerzas y lograron el primero, el segundo y los mató de contra ataque a los inocentes japonesitos que lloraron su eliminación. Los asiáticos al igual que los africanos deben entender que cuando se saca ventaja hay que cuidarla. Es muy difícil hacer un gol en un mundial. Debieron ser más mezquinos, cuidar lo logrado y no darle espacios a los belgas que terminaron matándolos. El fútbol es una cuestión de estrategia, no solo de entusiasmo desmedido. Sino miren a Rusia. Se abroqueló ante España y lo sacó por penales. Si le daba espacio ya estarían fusilados.
Hablando de Rusia, nos sorprendió la actitud del DT ruso Stanilav Cherchesov. Estaba tan feliz que llamó a la conferencia de Prensa al peruano Lorenzo de Chosica, su apellido es Goicochea, y en pleno evento le agradeció la confianza que depositó en él cuando era duramente criticado por los colegas rusos. Almorzamos con Lorenzo ayer en un restaurant peruano de nombre LIMA y nos contaba cómo nació su amistad con el técnico ruso. Está pendiente la entrevista con él, ya realizada, que la publicaremos estos días. Se anotó como Voluntario a FIFA para ayudar en este Mundial, es Ingeniero Geólogo de profesión y reside en este país hace 38 años.
También estuvimos con Javier Castrilli, el implacable juez argentino de hace unos años que revolucionó el arbitraje en Argentina. Esa entrevista que sale en Todo Sport en esta edición y en página central es imperdible por todas las cosas que dice sobre la eliminación de los argentinos y el concepto que tiene de Lionel Messi, Diego Maradona, Julio Grondona y Ricardo Gareca. Un alcance de lo que afirmó: Los dirigentes argentinos son los culpables de esta debacle. Pese a las diferencias que tuve con Grondona era más caudillo que los actuales. Tenía conducción y mando, lo que a estos les falta. Imperdible el ‘Sheriff’.
