Pisemos tierra

Columna Neto comenta
Columna Neto comenta

Por Ernesto Cavagneri

La gente tiene derecho a soñar, a equivocarse, a seguir soñando y a seguir equivocándose, pero los periodistas y los que hacen periodismo sin ser periodistas, no. No hay que mentirle al público. Este proceso de nuestra selección que terminó ayer con el triunfo ante Australia, tiene varias etapas que merecen un análisis profundo.

Este proceso encabezado por el argentino Ricardo Gareca tiene dos puntos de quiebre que no podemos pasar por agua tibia porque eso solo nos conduciría a un análisis engañoso, lejos de la realidad.

Nadie puede negar que este plantel ilusionó a todos los peruanos, pero hay que aprender más de los golpes que de las victorias y entender que la diosa fortuna no siempre jugará de nuestro lado, porque probablemente nunca más nos adjudiquen puntos en mesa.

Cuando Perú sumó tres puntos gracias a la mala inscripción del boliviano-paraguayo Nelson Cabrera, todo cambió. Fuimos testigos del primer punto de quiebre, porque el equipo adquirió un nuevo estímulo, la clasificación comenzó a transformarse en una gran posibilidad.

La actitud fue otra y la bicolor ganó partidos claves de local y visitante, generando en los aficionados una conexión impresionante con el equipo de Gareca. Entonces logramos el quinto lugar, fuimos al repechaje y le ganamos a una modesta Nueva Zelanda.

Vinieron los amistosos y también seguimos siendo protagonistas y el equipo siguió jugando bien. Luego de 36 años Perú volvió a un mundial, pero allí se escribió otra historia. El plantel no pudo ser competitivo porque en sus dos primeras presentaciones perdió y temprano quedó eliminado del torneo más importante del planeta.

La generosidad de la gente es inmensa y los peruanos volvieron a ser mayoría en las tribunas ante una Australia que necesitaba ganar. En esta oportunidad jugamos diferente, esperamos más al rival y de contra Carrillo y Guerrero nos dieron la merecida victoria.

Mucho se habla de la continuidad de Ricardo Gareca, la mayoría quiere que se quede, no le ven errores siquiera en los dos cotejos que perdimos (Dinamarca y Francia), porque el razonamiento viene del corazón y no de la cabeza. Gareca es un buen profesional, su mayor virtud ha sido manejar bien al grupo y desinfectarlo de la indisciplina que durante años nos hizo tremendo daño.

El grupo merece el aplauso porque siempre tuvo compromiso con el proceso, pero nada de homenajes, como dice Oblitas con mucha razón, porque fuimos al mundial y nos eliminaron rápido. Que la emoción no nos abrume, porque el análisis y la planificación se hacen en frío. Hay plantel para que lo que viene, pero si Gareca decide irse, respetemos su decisión.