El líder chino Mao Tse Tung decía siempre en sus discursos: “A toda protesta, una propuesta”. No solo se trata de tirar piedras, también se puede y se debe aportar, desde una esquina distinta. Muchos hombres de poder no se dejan asesorar, creen que todo lo saben. Y la soberbia predomina en sus seres. Por eso levantan un edificio que luego se les derrumba porque sus ideas y acciones no tienen bases sólidas. A algunos les regalan el poder y hacen daño con sus acciones, otros lucran con esos cargos y sin darse cuenta que son manejados por la corrupción. No hay transparencia, no hay nada. Y en esa oscuridad, navegan, entre la diatriba y el denuesto, los que gobiernan el fútbol.
Recuerdo una materia cuando estudiaba y más aún un libro de Werner Goldschmit: Introducción Filosófica al Derecho, Me lo leí de cabo a rabo, dos veces, porque en el primer examen, me jalaron. Y como soy picón me fui a la segunda vuelta porque mi bonita profesora, la doctora Alicia Perugini de Paz y Heuse, esposa de un ingeniero peruano y con quien hice migas mientras me dictaba el curso, me desaprobó. “No sabe Jiménez, ¿qué quiere que haga que le regale la nota?” Mordaz
En sus juristicas que despliega Goldschmit, en su libro, escribe sobre el Plan de Gobierno en Marcha y la EJEMPLARIDAD. Yo me pregunto: El señor Agustín Lozano, desde que asumió a la presidencia de la FPF, ¿tiene las dos cosas? NO. Primero no ha sabido ni sabe cómo gobernar ese ente muy importante en nuestro fútbol. Y segundo no aplica la Ejemplaridad. Primero porque es un hombre cuestionado por su ineficiencia en la conducción y porque no hay transparencia. Ya tuvo una mancha en al caso de la reventa de entradas que fue castigado con la irrisoria suma de 5 mil dólares por la Conmebol, que seguramente la pagó con el dinero de la FPF
Lozano tiene que reestructurar. Asesorarse bien y meterle un cuadre primero a Fossati y decirle que no puede seguir convocando por capricho de los jugadores que ya cumplieron su ciclo. Asi como usted lo hizo cuando pegó el grito en el cielo y empatamos ante Venezuela, y pidió que se deje a los engreídos para ir a la Copa América 2016 y aparecieron los “Oreja” Flores, Miguel Trauco y Raúl Ruidiaz. A mí me contaron que usted lo cuadró a Gareca, en su calidad de vicepresidente de Edwin Oviedo. Y le hicieron caso. Si ya lo hizo como vice, nada le va a costar hacerlo con Fossati. Salvo que esté equivocado
Segundo: Hable con sus bases, sobre todo con los clubes profesionales y achicar el cupo de extranjeros a tres y no seis. Si a ello se suma los nacionalizados, está trabajando para ellos, no para el fútbol peruano. Vea bien cuál es el trabajo del señor Juan Carlos Oblitas ¿En qué consiste su labor? ¿Qué es lo que realmente hace? Nadie sabe. ¿Por qué ocupa esa gerencia? El trajo a Gareca y acertó. Y después cuando se vino la noche, no renovaron con Gareca y él siguió cómo si nada hubiera pasado. Ya era fracaso con lo de Qatar. Ahí debió dejar su cargo, porque era tercero civilmente responsable. Y peor aún, trajo a Reynoso y cuando lo echaron, siguió quedándose. Y ahora con Fossati, lo mismo. Él lo trajo. Cuál es la corona de Oblitas. Solidaridad, cero.
Sigamos. Lo he escuchado a Chemo decir que se ha recorrido todo el país buscando chicos. Mal. Muy mal asesorado. Uno no puede ir que les recomienden a los chicos porque estamos en un mundo corrupto en el que los entrenadores de menores les cobran cupo a los padres para que sus hijos jueguen. Ha venido hasta Estados Unidos, inclusive, a buscar a los hijos de sus amigos para incorporarlos a las selecciones menores. Esa no es la solución. El fútbol peruano no solo urge de academias formativas. Necesitamos competencia. Que los chicos jueguen y todos los veamos, para descartar las argollas
El país necesita una Copa Perú Sub 15. La estructura ya está. Las 1,150 ligas del país, así como hacen sus torneos distritales, provinciales, departamentales y la etapa Nacional, deben ser copiadas a imagen y semejanza del torneo de mayores que tenemos. Y que los cuatro mejores equipos Sub 15 tras eliminaciones previas y con los refuerzos como en la Primera División de la Copa Perú, puedan llegar verdaderas selecciones a Lima para jugar el cuadrangular final en el Estadio Nacional. Qué lo televise el Canal del Estado, no los de Cable porque pareciera que a ellos todo lo provinciano les apesta y prefieren su Champions y Eurocopa, más que nuestros torneos.
Entonces, a la selección Sub 15 la veremos todos nosotros y no habrá argollas que valgan, porque sabremos las canteras que tenemos en la vasta competencia. Cuando el entrenador quiera poner a uno de sus engreídos, saltaremos todos porque los hemos visto en la tele. Y le daríamos una fuerza impresionante al interior de nuestro país, que también merecen vestir el uniforme de la selección. Y por mérito propio. No con tarjetazos y compadrazgos. Pero como usted, seguramente me odia, no me hará caso. Entonces, siga recibiendo puyazos de nuestros hinchas que no tienen por qué angustiarse tanto por las derrotas continuas tras su mala gestión. Todo tiene solución.