Se acerca el mundial

Columna del Lobo
Columna del Lobo

Por Juan Carlos Esteves

Aunque la esperanza es lo último que se pierde. La ilusión de tener a Paolo Guerrero en el mundial se va desvaneciendo poco a poco. Nuestro capitán recibe golpes de la FIFA, del TAS y de le reverenda WADA. Hay hinchas que piden que todo el Perú gire la atención hacia los 23 jugadores que sí irán a Rusia 2018 y existe otro grupo que apela a la hipocresía para murmurar por lo bajo que el hijo de doña “Peta” debe hacer un mea culpa, porque él y solo él es el origen de todo el padecimiento.

Yo no me lo imagino a Paolo prendiendo su televisor el sábado 16 de junio a las once de la mañana y dispuesto con toda su energía a prepararse a gritar un gol de la Blanquirroja a muchos kilómetros de distancia del epicentro telúrico del contundente ¡Arriba Perú!. Y no es porque el capitán defenestrado ya no quiera saber nada de nuestra selección, de su selección, sino porque tal vez, en la soledad de su cuarto, tendría toda la sensación que el destino le habría hecho una mala jugada, sin que él se lo mereciera.

Mientras tanto, a casi veinte días del inicio del mundial muchos peruanos ya llenaron su álbum Panini, otros han tenido su premio consuelo con el de Tres Reyes. Miles viajarán a Rusia tratando de estirar sus ahorros, otros se quedarán en nuestro país estrenando televisores de última generación. La ilusión mundialista ha prendido fuerte. Nadie sueña con el título mundial como erróneamente se pensó en España 82’, pero tampoco en el presupuesto de este muy cercano Rusia 2018 existe esa remota posibilidad de creer que nos regresaremos tan pronto.

Jefferson Farfán que hace más de un año aparecía como un exjugador de la Blanquirroja, ahora se erige como la principal figura del equipo de todos para la crítica internacional. Así es el fútbol. La ‘Foquita’ nunca fue un ‘9’ definido en ninguno de los equipos donde actuó. Pero en Rusia tendrá esa difícil misión, la misma que le tocó a su compadre Paolo, cuando tuvo que sentir la rascada de la férrea defensa argentina o uruguaya en las últimas eliminatorias.

Pero ya está. Ahora estamos en la Copa del Mundo, mirando con mucha fe el cercano debut de la Blanquirroja ante Dinamarca con la ilusión de un país que tenía contenido todo el fervor acumulado de treintaiséis años de sequía. Tal vez no estará Paolo, aunque lo vuelva a decir, la esperanza es lo último que se pierde. Solamente me queda señalar, que Rusia 2018 ya es una realidad. Pensar que mi generación y las anteriores, decían cada vez que éramos eliminados, que nos íbamos a morir sin volver a ver a Perú en un mundial.

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