Ahora o nunca

Columna En la boca del tunel
Columna En la boca del tunel

Escribe: Fernando Jiménez

No quiero ni imaginarme lo que debe ser el camarín crema. Cada partido que enfrenten hasta el final será un calvario. Un parto, como dicen los argentinos. Los triunfos unen, las derrotan provocan peleas. Empiezan a temblar las piernas. Las discusiones son flor de cada día. Los rostros serios. El ceño fruncido. El entrenador maldice por dentro su mala suerte. Bajar como técnico de un equipo deprecia. Se carga una cruz. Se aflojan los galones. Los dirigentes presionan. Hay de todo, están los comprensivos que ponen paños fríos al incendio. Están los patanes que amenazan y ofenden. Si bajan no les pagamos. Y sino lo dicen directamente, lo insinúan por la espalda, que es peor.

La “U” necesita un líder. Un tipo con arrastre. Esta noche enfrenta a Huancayo. No será fácil. Jugará ante un rival difícil y frente a sus propios nervios. Son humanos. No querrán irse derrotados. Medio país estará atento al desenlace. Esos ojos que matan, que fiscalizan, que se muestran impotentes. No quieren verse burlados por los hinchas de su tradicional rival, por los memes, por la prensa fiscalizadora que usa los alfileres de tinta para demoler si hay derrota. Esos que dicen: Yo no leo periódicos, son los primeros en hacerlo. Los futbolistas son humanos. Aparecen los generales después de la batalla. Los que enervan cuando aseguran que debió jugar éste o aquel.

La premisa es salvar la categoría. Ya no a conseguir una clasificación. La prioridad es quedarse en primera. Christian Barnard tuvo una frase histórica. El primer cirujano que hizo un transplante al corazón dijo una vez: “Si crees que estás derrotado, lo estás”. Y es verdad. Hay que dar pelea. No abandonarse antes de tiempo. Quedan 27 puntos en disputa. Mientras hay vida, hay esperanzas. Lo importante es sumar en cada partido, para no estar desesperado en los cotejos finales que serán desesperantes.

Los jugadores deben tener primero, apoyo dirigencial. El señor Carlos Moreno debe reunirlos a todos y hablarles, darles tranquilidad, confianza. Si es posible, debe hacer un esfuerzo y pagarles. Muchas veces la flaqueza en los bolsillos desespera y toca los nervios, No hay concentración. El técnico debe ser lo más claro posible. Formar el equipo de la mejor manera, con los que mejor estén mentalmente. Hablar de manera pausada y serena. Que los jugadores no perciban que le tiembla la mano y se toca de nervios. Puede ser su último partido y no debe transmitirlo. Por el contrario, él es el conductor, por más que se haya equivocado eso ya no cuenta. Hay que mirar el presente. Los gritos altisonantes nop sirven, no ayudan.

Puede ser la noche de la recuperación, pero la barra tiene que ayudar. Se equivocaron feo el otro día al meter presión. Alentarlos a lo largo de la brega. Hacerlos sentir bien, aplaudirlos sobremanera ante una buena acción, callar en los errores. Ellos también tienen que ayudar. El futbolista es un ser humano. El corazón le late como a cualquier mortal. Si una ama a su club está  en las buenas y en las malas. La tarea de salvar al equipo crema es de todos. No solo juegan los jugadores sino también con una voz de aliento se ayuda mucho. Hoy puede ser el camino de la resurrección.

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