Perú: ¿Por qué no surgen nuevos valores?

Niños jugando

Es muy necesario un recambio generacional en nuestro país, pero no vemos resultados.

Desde hace muchísimos años en el país se viene hablando de un tan ansiado y necesario recambio generacional en el fútbol peruano y es que la situación de ahora la amerita. Si bien es una frase muy manoseada y que está en la boca de todos, no vemos resultados ni siquiera cercanos entonces debemos preguntarnos: ¿Estamos haciendo las cosas bien?

Perú tuvo una sequía de 36 años sin asistir a los mundiales, una cantidad de años que realmente fueron toda una vida para una afición peruana que partido a partido, renovaba las ilusiones y, aunque sabían que la historia iba a ser la misma, el amor por sus colores era mucho más fuerte y siempre se hacían presente para alentar a su selección.

El núcleo del problema pasa por el trabajo con las divisiones inferiores en donde el trabajo realizado deja mucho que desear, es notorio que con lo que se viene haciendo, no se están dando los resultados, pero se continúa con el mismo trabajo en la Federación Peruana de Fútbol, creemos ya, priorizando otros intereses sin importar el crecimiento de nuestro fútbol.

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Dentro de los equipos que participan en nuestro fútbol, no todos tienen divisiones menores y en afán de participar o de tener la obligación de cumplir con el cupo que pide la FPF, se asocian con una academia que los represente, les colocan su uniforme y listo. En esta pésima práctica, también la podemos ver en el fútbol femenino donde solo se quiere salir del problema y no generar más gastos.

Existen muchos clubes que ven esta necesidad de trabajar con sus divisiones menores para generar nuevos talentos para nuestro fútbol como un gasto en vano en vez de una inversión a futuro y es porque jamás han tenido alguna venta importante de un jugador con el que hayan llenado sus arcas, pero lograr este tipo de cosas, consta de varias cosas y no cae del cielo.

El destino parece muy sombrío y que todo este mejore, está muy lejos de cambiar. Las cabezas que tiene nuestra FPF dejan mucho que desear y, al parecer, están más preocupados en otras cosas como sus propios intereses o devolver favores a clubes que hacer que se cumplan las reglas y ayudar al crecimiento de un fútbol que se viene en picada.