Por Fernando Jiménez
Se fue un buen año. Un 2018 inolvidable para quien escribe esta columna. Uno de los mejores de mi larga existencia. Y no solo en lo que concierne a lo laboral, sino en lo que a mi familia se refiere. Fui a mi cuarto Mundial. Conocer Rusia, un país del cual no tenía muchas referencias, y que me cobijó en su seno un mes, fue gratificante. Nada que ver con lo que había leído en las revistas que lo describían como un país duro, demasiado severo. Me encontré con gente educada, dóciles, buenas personas, atenta y con una sencillez notable para auxiliarnos en momentos en que el idioma se mostraba como una dificultad. Por el lado familiar, cumplir 31 años de casado con Mireya, mi compañera de toda la vida, con dos hijas Andreita y Gabriela, señoritas hermosas efectivizadas ya en una importante línea aérea. Una con grado académico y la otra a mitad de carrera en la U Católica.
Cómo no agradecer a ustedes queridos lectores que respaldan mi columna En la Boca del Túnel, creada desde el año 1990 y pasando en diversos medios desde El Nacional, pasando por ONDA, Todo Sport, El Diez, El País, El Bocón, Al Toque y volviendo a Todo Sport mi casa de siempre, la que fundé, esta casa editora que fue, es y será la mejor empresa que me cobijó, con un paréntesis necesario, que me hicieron valorarla y quererla más. Y estaré hasta que los dueños digan: Basta, tu ciclo periodístico ha concluido. Aunque yo seguiré haciendo periodismo y sueño morir dormido poniendo mi cabeza sobre la computadora y mis dedos en el teclado. Qué linda muerte sería. Moriría en mi ley. Ojalá que para eso falten muchos años más.
Posteo algunas de mis columnas en el facebook y la cantidad de likes es impresionante. La que escribí sobre la Copa Perú tuvo 1,283 likes, 767 compartidos y 274 comentarios. Impresionante, para alguien que no tiene fan page, ni Twiter, ni instagram. Porque solo lo pueden leer los amigos aceptados, los amigos de los amigos cuando se comparte y lo que solicitan amistad. Esto me cuenta Abelardo Delgado, un especialista en redes sociales. “Lo más importante son los compartidos porque es un límite incalculable de lectoría”, señala. Y como no agradecer a quienes me acompañan con su lectura y elogian los conceptos porque se identifican con el tener de la columna.
A todos ustedes, amigos lectores, lo mejor para el 2019. Que sea un año de logros en lo que se han propuesto. En que se cumplan los objetivos. Un día uno de los mejores amigos me preguntó: ¿Cómo te fue este año, subiste aunque sea una escalera?. Si es así, vas bien. Si no te estás estancando y en la vida siempre hay que subir aunque sea un peldaño. La vida es así. Alegrías, tristezas, enojos, decepciones, desesperación, angustia, temor, dolor, miedo, un sinfín de adjetivos porque vivir es un arte. Y es valiente quien se sobrepone a las adversidades. Es cobarde quien se esconde en su miedo y no hace nada por levantarse.
De todo corazón, que tengan un feliz año. Siempre al lado de la familia. Es lo que mejor que podemos tener los seres humanos. Amor es mejor que el odio. Siempre lo será. No viva renegado de su vida. Siempre hay una luz en el camino que aunque tarde siempre aparece.
