Por Fernando Jiménez
Ayer por la mañana Nicolás Lucar me invitó a su programa que tiene en Radio Exitosa y en el cual también fue invitado el colega Elejalder Godos. El tema central era Edwin Oviedo, el personaje de los últimos días. ¿Renuncia?, ¿Pide licencia?, ¿Se queda Gareca?, ¿Estuvo bien Oblitas en quedarse?, ¿Qué va a suceder ahora?, fueron las preguntas de rigor durante la media hora que duró la entrevista. El coleguita Godos reclamaba por la credencial que no le dieron para que cubra el Mundial, no obstante aportó con algunos conceptos sobre la situación real que estamos pasando.
Edwin Oviedo se aferra al cargo porque es como un escudo para él. Una vez que pida licencia será un ciudadano común y corriente, y ya sin el respaldo de los jueces supremos anteriores, su libertad correría peligro. Hasta podrían detenerlo por todo lo que se escucha en los audios todos los días. Su directorio, dicen que hoy se reúnen, pero hasta ayer Agustín Lozano no sabía dónde era, está partido. Son siete directores, de los cuales cinco ya le dieron su respaldo a Oviedo, los otros dos Lozano y Chuquizuta se quedaron solos. Entonces, en una votación para decidir algo quedan desarmados. Traducción: Los cinco no los quieren de presidentes.
¿Cómo se puede sacar a Oviedo?, me preguntaba Nicolás Lucar. Y yo le respondía, que a mi parecer podría ser de tres maneras: La primera que se derogue la Ley de Reforzamiento a la FPF, que en buen romance fue la Ley Oviedo para que ejerza la presidencia dos años más, hasta fines del 2020. La segunda, que haya reunión de Bases y soliciten, con los argumentos más certeros, que se cite a una Asamblea Extraordinaria y se pida su revocatoria del cargo. Para esto tienen que presentar una lista en la que firmen al menos el 80 por ciento de los asambleístas. El universo es de 41 votos, entre representantes de clubes profesionales y ligas departamentales. Y la tercera que lo metan preso.
Sin la presencia de clubes importantes como Alianza y Universitario, manejada ahora por Administraciones Temporales, la situación se torna sombría. No hay peso dirigencial en los clubes profesionales, avasallados por los departamentales que suman mayoría en el bloque. De los 41 quedarían solo 38 votantes ya que Alianza, U y Boys no pueden emitir su voto por tener AT. De los 38, siete pertenecen al directorio y no se van a hacer el “harakiri” sacando a su presidente. De los 31 se tienen que conseguir 24 firmas para que se apruebe esa asamblea que pida la vacancia de Oviedo. La situación se torna difícil por esta vía.
Edwin Oviedo lo que buscará a como dé lugar es que Ricardo Gareca le firme el contrato. Así sale en portada en todos los medios y se bañaría en popularidad. Pero Gareca no es tonto, pedirá que le acepten sus condiciones y la Directiva acepte la firma de su presidente y se comprometan a respetar el proceso Qatar 2022. Porque si Oviedo, es vacado, lo sanciona la FIFA o lo meten preso y la selección pierde cuatro partidos al hilo van a querer botar a Gareca y le dirán: A ti el que te respaldó es Oviedo, no nosotros. Ese puede ser el fin de una novela que aún no empieza.