El ‘Comandante’ al desnudo

Mario Salas
Mario Salas

Columna Pisando el área

Por Renato Landívar

Mario Salas deja un gran vacío en Sporting Cristal porque es un técnico que suma a diferencia de la mayoría de extranjeros que llegan al Perú, autodenominándose “bielsistas”, “sampaolistas” o demás. Siempre fue un líder positivo en la interna del club, ni paternalista, ni autoritario, se mantuvo en el punto medio para tener su interna bajo control.

Eso sí, siempre hizo respetar apelativo de ‘Comandante’, así el elemento que tenga una mala actitud sea el goleador del equipo, como Emanuel Herrera, a quien sacó de la lista de concentrados cuando le hizo un desaire por haberlo cambiado. “Le aviso a usted que no va a jugar más. Usted se portó mal. Así que ya sabe. No jugará más”. El atacante se marchó pensando lo iba a necesitar hasta que después de dos fechas se acercó a su entrenador para disculparse.

“Profesor me porté mal. Le pido disculpas”, le manifestó el goleador. “Bueno ahora cuando se me pase a mí jugarás”, respondió el ‘Comandante’, quien siempre mostraba su humildad. Tanto así que no tenía problemas en recoger los servicios en el comedor de La Florida después de almorzar. Sus principios eran innegociables, no aceptaba caras largas de algún futbolista porque sea suplente.

Por ello, en algún momento sostuvo una charla con Carlos Lobatón, cuando este tenía pocos minutos. “No me mire así, por favor. Vamos a hablar. Yo a ustedes lo necesito. Tiene un excelente pie, pero yo necesito un equipo en el medio con mucho vértigo. Va a jugar pero en los segundos tiempos. No es que no lo tenga en cuenta, solo que tenemos que priorizar las necesidades del equipo”.

Los más jóvenes también recibieron consejos, un ejemplo de ello fue Marcos López, la revelación este año y la mayor apuesta a futuro del equipo. “Yo de ti necesito que así como vas al ataque, regreses. Corriendo. Necesito un jugador que se exija los 60 minutos. Ya después veré si lo cambio, pero le repito, lo necesito corriendo los minutos que esté en el campo”. Así fue Salas, un ejemplo que ahora se marcha para seguir creciendo y próximamente que no sorprenda verlo de vuelta en Lima dirigiendo a la selección de Chile por las Eliminatorias.