El pequeño gigante

Luka Modrić

Columna Neto comenta

 

 

 

 

Por Ernesto Cavagneri

“Siempre somos ambiciosos y vamos a ser campeones del mundo”…
Zlatko Dalić (DT de Croacia).

Cuando el técnico bosnio lanzó esta frase, algunos minimizaron su caro deseo, le dijeron que era un iluso, pero que igual soñar no costaba nada.

Dalić daba muestras de su sensibilidad futbolística con algunos equipos croatas y también por su paso en el modesto fútbol albanés y luego en elenco árabes. Pocos o tal vez, solo él, podían imaginar que casi dos años después resultara artífice para poner a Croacia en la parte más alta del balompié mundial.

El domingo la selección que dirige Dalić jugará la final por primera vez en su vida y tendrá como rival a la favorita Francia, pero ya sabemos que este elenco croata es capaz de todo. Vamos a ver una definición espectacular con dos seleccionados que tratan bien el balón y que al talento de sus propuestas le agregaron una dinámica impresionante.

Croacia tiene jugadores de mucho nivel, pero que no estaban en la vitrina del mundo por no asomar en los equipos más poderosos del circuito como Ivan Rakitic (FC Barcelona), Mario Mandzukic (Juventus) y el pequeño gigante Luka Modrić (Real Madrid). Referentes de una selección atrevida, cuyos integrantes sabían que tenían con qué hacerle daño a cualquier rival.

Ojo que no nos olvidamos de otras figuras como Šime Vrsaljko (Atlético de Madrid), Ivan Perišić (Inter de Milán), Danijel Subašić (Mónaco) o Vedran Ćorluka (compañero de Jefferson Farfán en el Lokomotiv de Moscú).

En otras palabras, Croacia tiene desde hace algunos años un equipo competente, pero hoy es como su capitán Luka Modrić, el pequeño gigante que ha despertado y que ayer vivió uno de los días más felices, comparado según testimonios a la declaración de independencia en 1991. Una fiesta total que podría prolongarse si vence a la Francia de Pogba, Mbappé, Griezmann y Kante, en un cotejo de supremo nivel técnico.

No hay duda que a la final llegan los mejores del Mundial Rusia 2018. Francia: fina, elegante, veloz y contundente. Y Croacia: atrevida, inteligente, luchadora y ahora gigante. Hay que ponerse de pie, señores. ¡Viva el fútbol!