‘Kukín’ en mi recuerdo

Columna En la boca del tunel
Columna En la boca del tunel

Por Fernando Jiménez

La primera vez que lo vi me deslumbró. Era el diferente. Un zurdito carismático con pases largos, eso es lo que más me gustaba de él. Yo soy hincha de los que meten pases largos con precisión. Carlos Flores Murillo, decían sus generales de ley. Tenía 16 años y estaba en la Sub 17 de Titín Drago, equipo en el que también militaban Ñol Solano, Jean Ferrari y Aldo Olcese entre otros. Era rebelde, de barrio, picón. Un día un árbitro lo expulsó y tras salir del camarín lo vio al juez y le metió un tacle. Era un niño con comportamiento de barrio. Lo sancionaron seis meses. No pudo ir a una gira que hizo la Sub 17 a Chile.

En 1994 hubo los Juegos Panamericanos en Colombia. Fuimos con la Sub 23 que dirigía Miguel Company. Perú jugaba en Armenia y Pereyra. Ahí nos encontramos con Rafael Jacobo quien iba por Ovación, también con el Neto Cavagneri por OJO, Alberto Beingolea y Toño Vargas por Global TV. El Jefe de Seguridad de la selección era el Mayor Carlos Flores Lanchipa, le decía tocayo a Kukín. Perú estaba alojado en el Hotel Torreón de Pereyra. Un día Flores Lanchipa nos llevó a la habitación de Kukín. Vamos, vamos quiero hablar con Kukín y quiero que ustedes escuchen.

Kukín estaba en su cama sentado. Nos saludamos y empezamos a conversar. ¿Qué tal juega Kukín? Nos preguntó Lanchipa a mí y a Jacobo. Nosotros lo elogiamos. Puede dar más, pero ya está en él, respondimos. Alimentamos el ego de Kukín. De pronto el Mayor empezó a aconsejarlo. “Portate bien, tú te crees pendejo, pero en cana hay más pendejos que tú. Si algún día te canean y entras a la grande, serás un calichín al lado de esos bravos. Yo he visto peleas con chaveta, con lanzas, gente brava. Así que, te portas bien ó caerás a la grande y Kukín será un huevón más. ¿Me entiendes?”. Kukín lo miraba sorprendido. Le hacía preguntas y más preguntas y Lanchipa lo sicoseaba, mientras le hablaba nos guiñaba el ojo a mí y a Jacobo.

En un partido ante Chile creo, nos sentamos con Company en el banco de suplentes. Mirábamos el partido junto a él. Company le hacía unas indicaciones desde la zona técnica. ¡Acompañe, acompañe, no solo se limite a lanzar! Y renegaba. De vez en cuando me miraba y me decía: “Ustedes los periodistas le revientan cuetes, se desviven por él, pero mire como no me cumple lo que le indico”, me decía Miguel muy enojado. Yo miraba otro partido quizás porque la verdad los mejores pases eran de Kukín, lástima que perdimos en el minuto final ante Chile y Company se enojó mucho y se fue solo al hotel en un taxi.

Yo me quedaba con la imagen de ese zurdito impetuoso que le metió un gol a René Higuita un par de años antes cuando Boys jugó con Nacional en el “Atanasio Girardot”. Me quedo con sus pases largos milimétricos, con su zurda prodigiosa. Kiko Mandriotti lo llevó a vivir a su casa de muy niño. Arturo Delgado fue su padre protector. Chalaca Gonzáles su entrenador. Titín Drago el que lo convocó a la Sub 17. Sus amigos periodistas que lo quisimos y fuimos sus amigos. Hola tío Mencho, suélteme pues un poco en la columna de datos que me dan con hacha. No era rencoroso. Pese a que a veces éramos duros con él saludaba con una sonrisa. Te fuiste Kukín, te vamos a extrañar. Solo Dios sabe por qué Dios te recogió antes de tiempo. Adiós zurdo, gracias por deleitarnos con tus jugadas. Hasta pronto Kukín, siempre te recordaremos.